viernes, 26 de noviembre de 2010

Violencia contra la mujer, formas, consecuencias y costos..

La violencia contra la mujer adopta muchas formas; física, sexual, psicológica y económica. Estas formas
guardan relación entre sí y afectan a las mujeres desde antes de nacer y hasta la vejez. A medidas que las sociedades
cambian, las formas de violencia se modifican y surgen nuevas formas. Algunas formas de violencia, como
la trata, trascienden las fronteras nacionales.
Las mujeres que experimentan la violencia sufren muy diversos problemas de salud y disminuye su capacidad
para participar en la vida pública. La violencia contra la mujer perjudica a las familias durante generaciones,
así como a las comunidades, y refuerza otros tipos de violencia en las sociedades.
La violencia contra la mujer también empobrece a las mujeres y a sus familias, comunidades y naciones. Disminuye
la productividad económica, agota los recursos de los servicios públicos y los empleadores y reduce la
formación de capital humano.
La violencia contra la mujer es compleja y diversa en sus manifestaciones y tiene consecuencias y costos de
gran alcance y duraderos. Su eliminación requiere una respuesta amplia, sistemática y determinada.

Según Estudios a fondo sobre la violencia contra la mujer:

Hay pruebas contundentes de que la violencia contra la mujer es grave y está generalizada en todo
el mundo. Los estudios de la violencia contra la mujer realizados en al menos 71 países demuestranque una importante proporción de mujeres sufren la violencia física, sexual o psicológica.
  • La forma más común de violencia experimentada por las mujeres en todas partes es la violenciafísica infligida por su pareja. Por término medio, al menos una de cada tres mujeres es objeto deviolencia por parte de su pareja durante su vida.
  • Muchas mujeres son objeto de violencia sexual por parte de su pareja. En un estudio de la OMS realizado en 11 países se llegó a la conclusión de que el porcentaje de mujeres que habían sido objeto de violencia sexual por su pareja fluctuaba entre 6% en el Japón y Serbia y Montenegro y el 59% en Etiopía.
  • También es un hecho generalizado la violencia psicológica o emocional que ejerce la pareja. La proporción de mujeres que habían sufrido violencia psicológica severa fluctuaba entre 10% en Egipto y 51% en Chile. En la primera encuesta nacional sobre la violencia contra la mujer realizada en Francia se determinó que el 35% de las mujeres habían experimentado presiones psicológicas por una pareja íntima durante un período de doce meses.
  • El femicidio –asesinato de mujeres – tiene características distintas al asesinato de hombres y suele llevar implícita la violencia sexual. Entre 40 y 70% de las mujeres asesinadas mueren a manos de sus esposos o novios en Australia, el Canadá, los Estados Unidos, Israel y Sudáfrica. En Colombia, cada seis días una mujer muere a manos de su pareja o ex pareja, según informes. Centenares de mujeres fueron secuestradas, violadas y asesinadas en Ciudad Juárez o sus alrededores, en México, en un período de diez años.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Manifiesto de Profesores de Historia, Geografía y Ciencias Sociales. "SOBRE LA REBAJA DE CARGA HORARIA DE HISTORIA"

Por Pablo Infanta y Mauricio Figueroa


El día miércoles 17 de noviembre del año del Bicentenario, nos hemos enterado que el Ministerio de Educación, encabezado por Joaquín Lavín, implementará un nuevo plan de estudio el año 2011 para los cursos de 5° Básico a 1° año de Enseñanza Media, que desde el 2012 tendrá carácter de obligatorio. Este cambio consiste en una reestructuración de la carga horaria con el objetivo de “proporcionar mayor cantidad de tiempo a los sectores que tienen más efecto sobre el resto de los aprendizajes, es decir lenguaje y matemática*.”
El objetivo declarado nos suena a una clara equivocación; pretender que el desarrollo de las habilidades lingüísticas y pensamiento lógico matemático es facultad de una sola área del conocimiento, es un desconocimiento profundo de los avances en psicología del aprendizaje, epistemología y la experiencia práctica de los docentes de aula. La propuesta ministerial aumenta en dos horas pedagógicas las cargas horarias de Lenguaje y Matemática, pretendiendo con ello que nuestros niños, niñas y jóvenes, logren mejores aprendizajes en esas áreas. Los tecnócratas ministeriales acaso no visualizaron cambios en la estructura del currículum de los respectivos subsectores, en la profunda necesidad de mejorar las metodologías y recursos disponibles, en incluir la enseñanza de la música como una rica y motivadora forma de potenciar el desarrollo del lenguaje y el pensamiento matemático geométrico (¿sólo sus hijos y amigos en los colegios privados tienen derecho a este tipo de formación?).
Si bien esa mirada egoísta y miope nos parece grave, se convierte en gravísima cuando nos enteramos que las horas aumentarán a expensas de que el sector de Historia y Ciencias Sociales pierda un cuarto de su carga horaria. Aquí no sólo se trata del daño laboral para los profesionales del área, principalmente se trata de la vulneración al derecho de toda generación de conocer su pasado, construir la memoria, comprender el presente y soñar su porvenir. Además, es un desconocimiento de que la disciplina historiográfica y la metodología de las ciencias sociales, actúa como un espacio de síntesis del conocimiento, donde el sujeto cognoscente pone en marcha sus aprendizaje y los enriquece con su propio enfoque, convirtiéndose así en un ser activo constructor de conocimiento.
Sinceramente pensamos que esta propuesta encabezada por el Sr. Joaquín Lavín, no es nada de inocente, así como tampoco declara abiertamente su intención. Se nos hace evidente que se trata de un proyecto minimizador de las competencias ciudadanas, que pretende desterrar la formación de pensamiento crítico y cuestionador de los estudiantes, que busca hacer más profundo el “blanqueamiento de la memoria”… ¿quién más que ellos necesitan obreros calificados sin memoria y espíritu de participación?. Queremos saber porqué en un Estado laico seguimos financiado la educación religiosa y en esta pasada no se tocan las horas de este subsector; tendrá algo que ver la declarada devoción del Presidente y el Ministro, quienes busca imponer su cosmovisión a la ciudadanía.
Como la Historia es acción en el presente, para hacernos cargo de la construcción del futuro, el manifiesto tiene como objetivos:
1.- Levantar nuestro malestar frente a los trascendentales cambios que se aplican sin integrar a las bases.
2.- Manifestar nuestro malestar frente a autoridades que poco o nada piensan en las reales necesidades del sistema educativo.
3.- Invitar a que todos los actores, especialmente estudiantes y profesores, se informen y construyan su propia opinión.
4.- Solicitar que el Sr. Ministro y el Gobierno declaren sus reales intenciones, dejando de lado las máscaras que cubren su pensamiento ideológico.
5.- Promover que los establecimientos educacionales afectos a esta medida, mantengan la carga horaria del sector de Historia y Ciencias Sociales, aprovechando las horas de libre disposición.
Solamente nos queda por decir: “Estudiantes, Profesores, Profesoras, Historiadores e Historiadoras de Chile, uníos”
Profesores de Historia, Geografía y Ciencias Sociales
Pablo Alfonso Infanta Sobarzo 14.357.827-5
Mauricio Alberto Figueroa Canales 10.116.093-9

lunes, 15 de noviembre de 2010

El Derecho a la Educación .. Una Promesa Incumplida.

El derecho a la educación está reconocido en los tres grandes tratados internacionales sobre los derechos económicos y sociales. La educación primaria gratuita, obligatoria y abierta a todos es uno de los derechos más claramente definidos y publicados por la UNESCO el número de niños no escolarizados en el período 1990-2000).
La Comisión estima que la educación debe ser percibida y tratada no como un derecho que pertenece a un grupo de edad específico (restringido a la infancia y la juventud), sino como un derecho para toda la vida cuyo ejercicio puede revestir múltiples formas.
El derecho a la educación está enunciado en el Pacto Internacional sobre los Derechos Económicos Sociales y Culturales (PIDESC, 1966) y recogido por la Convención sobre los derechos del niño (CDN, 1985). Según la letra de ambos tratados, todos tienen derecho a la enseñanza secundaria y superior, gracias a la instauración progresiva de la gratuidad. El PIDESC reconoce también el derecho de cada uno a una "segunda oportunidad", beneficiándose de una educación básica, si no ha recibido la enseñanza primaria hasta su término
La puesta en práctica de estos derechos ha hecho grandes progresos. En los países en desarrollo, la alfabetización de adultos ha pasado del 46% en 1970 al 69% en 1992. La tasa de escolarización en el nivel primario, que se elevaba a una media del 57,87% del grupo de edad de 6-11 años en 1970, ha alcanzado el 76,8% en 1991. En el nivel de secundaria, la tasa de escolarización ha progresado todavía más, pasando del 36% en 1970 al 46,8% en 1991.
Estos avances son tanto más importantes cuanto que la población en edad escolar ha aumentado masivamente: en los países en desarrollo, entre 1970 y 1992, el número de alumnos inscritos en la enseñanza primaria pasó de 310 a 514 millones, y en la secundaria de 79 a 224 millones.
Más allá de estas cifras, la Comisión se inquieta porque el derecho a la educación sigue siendo en gran parte letra muerta: en 1990, más de 400 millones de niños en edad escolar no estaban escolarizados en los países en desarrollo: 132 millones en primaria y 274 en secundaria.
En 1993, la UNESCO preveía --lo que es inquietante-- que frente a una población en aumento, la situación no iba a mejorar en los años siguientes. En los países en desarrollo las tasas de escolarización en primaria seguirán estables durante los dos próximos decenios: del 76,8% en 1991 ascenderán a 77,7% el año 2000 para luego disminuir lentamente hasta 76,8% el 2015 y 75,4 en 2025. Estas cifras se basan en las proyecciones de crecimiento de la población global de la ONU; si éstas resultaran demasiado optimistas, las tasas de escolarización disminuirían todavía más.
La insuficiencia de la educación todavía está mas extendida entre los adultos. En los países industrializados, el adulto de más de 25 años, en 1992 se había beneficiado de una media de 10 años de escolaridad; la media comparable era sólo de 3,9 años en el mundo en desarrollo y, en treinta países --de los que veinticinco están en África-- era inferior a los dos años.  Estas cifras nos interpelan: cientos de millones de adultos, o bien no han tenido la suerte de ir a la escuela, o la habían abandonado antes de adquirir las nociones básicas que permitan leer, escribir y hacer cuentas.
La Comisión está muy inquieta ante la situación actual: casi 1.500 millones de niños y de adultos son analfabetos o están en camino de serlo. Según ciertas encuestas hechas en los países desarrollados, entre el 5% y el 10% de la población tiene dificultades para leer o escribir. Esta cifra sería incluso más alta si se definiera el analfabetismo más rigurosamente. Algunos expertos consideran que se necesitan seis años de enseñanza primaria al menos --en vez de los cuatro o cinco que se citan a menudo-- para hacer irreversible la alfabetización.
Suspender la escolaridad antes de estos cinco o seis años de enseñanza primaria, significa que el costo de la educación se pierde casi totalmente tanto para la familia como para el país. Las previsiones actuales relativas al crecimiento de la población permiten prever que es poco verosímil que cambie la situación antes del 2025. Por otra parte, como consecuencia de la persistencia de la pobreza, el número de analfabetos totales seguirá aumentando mientras que disminuirá la tasa de escolarización en el nivel primario.
Un aspecto importante de la enseñanza es su eficacia externa, es decir, la capacidad del sistema educativo de adaptarse a las necesidades de la sociedad --aunque debamos admitir que raras veces hace la sociedad una articulación precisa de sus exigencias y expectativas con el sistema educativo. En realidad, el examen de los programas escolares, revela una considerable distancia entre lo que se enseña y lo que se debería enseñar, en lo que se refiere a necesidades sociales evidentes.